Historia de Oxkutzcab.

Prehispánica

Ciudad maya de Sabacché

En las fértiles faldas de la pequeña serranía que atraviesa la Península de Yucatán de poniente a oriente, conocida como Puuc se encuentra ubicada la población de Oxkutzcab, que se caracteriza por ser uno de los puntos comerciales frutícolas más importantes del Estado. La palabra Oxkutzcab se deriva de los vocablo mayas Ox, Kutz y Cab “tierra tres veces fértil” o “tierra del ramón, tabaco y miel”, ambos significados aluden a la generosidad de la tierra que se caracteriza en la actualidad por su producción de cítricos: naranjas, limones, toronjas, de frutos como el mamey, el mango, el chicozapote, aguacate, guayaba, la papaya entre otros.

La historia del municipio de Oxkutzcab se remonta al período prehispánico. En la región se desarrollaron durante el período Clásico las ciudades mayas más representativas del estilo arquitectónico Puuc, sitios como Sabacché, Xkukican, Sayil, Labná X-labpac y Kiuc, destacan por su grandiosidad y belleza. En el periodo histórico posclásico la ciudad de Mayapán logró la hegemonía en el norte de Yucatán, mediante un gobierno confederado, concentrando a la nobleza en la zona urbana.

En 1448, la caída de la ciudad de Mayapán ocurre mediante una revuelta local que obliga a los distintos linajes mayas a regresar a gobernar a sus antiguos dominios, de tal manera se forman los cuchcabal o cacicazgos, división política autónoma e independiente que conocieron los españoles a su arribo en el siglo XVI. La población de Oxkutzcab se encontraba comprendida en el cacicazgo del halach uinic Tutul Xiu, a quien se le atribuye su fundación.

Colonial

La ermita de la virgen del pilar en Oxkutzcab

Después de la conquista de Yucatán los frailes franciscanos Luis de Villalpando y Melchor de Benavente comenzaron la evangelización en la población en 1548, posteriormente, el poblado fue abandonado por dos razones: cuando el Fraile Luis de Villalpando cambio el convento a Maní y por los excesos y crueldades de los conquistadores españoles. Fray Diego de Landa reunió a los indios dispersos en la serranía, que se encontraban viviendo en los montes, fundando de nuevo la población en 1550.

Posteriormente, los pobladores de Oxkutzcab sufrirían la persecución religiosa de Fray Diego de Landa en la zona, que culminó con el Auto de Fé en Maní y la tortura de decenas de indígenas acusados de idolatría en 1562. Con el establecimiento del sistema de encomiendas se distribuyeron indios y tierras a conquistadores como Fernando Muñoz Zapata en 1579 con 630 indios tributarios y Baltasar Muñoz Zapata en 1607 con 800 indios.

En 1588 el padre comisario Antonio de Ciudad Real en su viaje a través de la Nueva España y Yucatán arriba al poblado de Oxkutzcab. De este Fraile debemos las más antiguas y hermosas descripciones de la población y del convento de San Francisco. En su obra Tratado curioso y docto de la Grandeza de la Nueva España menciona que “Es grande aquel pueblo, y de los mismos indios mayas… gente toda muy devota; está fundado en un llano, al pie de la sierra sobredicha y hay en él dos anorias”.

Moderna

Palacio municipal de Oxkutzcab

En el siglo XIX después de la Declaración de la Independencia de México, Oxkutzcab perteneció al partido de Sierra Alta, cuya cabecera era Tekax.

En 1840 después de la nueva división del estado continuó perteneciendo al Partido de Tekax. Oxkutzcab alcanzó un gran desarrollo en ésta época, llegando a ser una de las poblaciones más importantes del Estado.

En 1847, tras el inicio de la revuelta conocida como Guerra de Castas, Oxkutzcab fue destruída parcialmente y ocupada por los indígenas mayas rebeldes encabezadas en el sur por Jacinto Pat; quien en su ruta hacia la capital del estado, Mérida, y con el rencor hacia sacerdotes, mestizos y blancos arrasó con ciudades como Tekax, Tzucacab y Oxkutzcab. La Guerra de Castas concluyó en 1901, dejando a poblaciones como Oxkutzcab en la absoluta pobreza.

En 1879, durante el gobierno porfirista del Lic. Manuel Romero Ancona y en el auge de la producción henequenera en el Estado, se inicia la construcción del ferrocarril de Mérida a Peto que debía pasar por Ticul, Oxkutzcab y Tekax bajo la dirección del ingeniero Olegario G. Cantón. El ferrocarril permitió a Oxkutzcab no sólo el traslado de personas, sino también el transporte de sus productos a diferentes poblaciones del Estado.